Cuando por fin nos entra un proyecto de una página Web, ya sea algo sencillo o algo más elaborado, nos enfrentamos a enemigos que apuntan sus cañones desde el minuto uno que comienza la batalla. Estoy obviamente, hablando metafóricamente. Pero es verdad que a veces no nos sentimos del todo concentrados para hacer un trabajo o llevar a cabo un proyecto, sea por las razones que sea.
Me gustaría proponerte 5 pequeños consejos que a lo mejor te pueden echar una mano cuando pasan algunas de estas cosas:
- El proyecto que tienes que llevar a cabo es tremendamente grande y farragoso
- Falta de motivación
- Stress y cansancio
- Malos hábitos
Aquí mis propuestas para combatir a estos enemigos:
1- Márcate objetivos a corto y medio plazo. Levantarte media hora el día siguiente es un objetivo fácil de cumplir. Sigue en esa línea, tu día es un poco más largo y puedes encontrar la motivación mirando simplemente el amanecer. Suena muy poético, si si… ¡pruébalo!.
2- Cuida de tu cuerpo. Lo de mente sana en cuerpo sano no es una tontería. Nuestro cuerpo es una compleja fábrica de elementos entrelazados, una factoría química que apenas podemos controlar a nivel interno, así que facilitarle las cosas y darle alimento al cuerpo, revertirá en preparación de alimento para tu mente.
3- Trabaja aun cuando no estés motivado. Lo sé, fácil de decir, difícil de hacer, pero hay un sencillo truco, prémiate. Yo por ejemplo, lo hago, cuando tengo mucho trabajo y lo último que me apetece es trabajar, me digo a mi mismo, «OK, trabaja 20 minutos y luego juega una partida a los dardos». Esa pequeña motivación me hace ser más constante.
4- Reduce distracciones. El móvil, en modo avión, que para algo está. Deja descansar un rato al Whatsapp y olvídate de tener la tele en marcha o en otra ventana. Cada uno es como es, a mi ponerme la radio de fondo me resulta muy interesante, no me desconcentra en absoluto y tengo un hilo musical variado de fondo.
5- Hábitos. Dicen que después de 21 días haciendo una cosa, se convierte en un hábito, tu cerebro lo procesa como algo que tiene que hacer y establece un sistema de recompensas químico que te hace necesitar esa actividad. Sólo queda decidir si el hábito que uses será bueno o óptimo para tu rendimiento.
Bola extra: Si hay algo que te atrapa y no sabes solucionarlo, siempre puedes contar con ayuda externa.
¿Tienes más propuestas o sugerencias? Cuéntanos tus secretos.